Limbo
Era sábado otra vez y yo, con mi insipidez primaverezca. Mis amigos (casi creo) me rogaron para que saliera. Después de estar negociando e intentar safarme durante la tarde, llegue del trabajo a casa resignado. Iba a salir. Empecé a buscarme un outfit para la noche. Puse algo de música para animarme mientras me arreglaba. Pensé “talvez no este tan mal”. Error. Era peor de lo que imagine; un antro medio vacío, sin ambiente (más que por dos tipas en mi mesa), una banda que solo tocaba covers de Maná y que entre sus miembros tenia un baterista casanova que insistía en lucirse con mis amigas.
Estaba en el limbo y debía escapar. Aun sobrio y pensando seriamente en que la muerte no puede ser tan horrible, recordé que a una cuadra estaba una cantina que sin importar lo que pasara siempre tenía ambiente. Si, aunque siempre este lleno de especimenes dignos de aparecer en Hasta En Las Mejores Familias (Ay esa carmencilla, con su milagroso calcio de coral). Huí y me lleve a la mitad de la mesa conmigo, lo siento pero la verdad ser miembro del club de fans de este remedo de Memo Ríos no estaba en mis planes.
-Aplausos.
Redención
Ok, entramos, llegue directo a la barra, necesitaba un bar tender, URGENTE.
Fue entonces cuando lo vi, se acerco a mí, nuestras primeras palabras fueron magia.
-¡Dame una bomba!
-Enseguida.
Mientras esperaba mi bebida, un hombre de muletas, con acento extraño, de aproximadamente 50 años de edad empezó a hacerme conversación. Este hombrecillo costarricense (se que es de costa rica porque seguramente el tipo piensa que el hecho de que alguien pida un bebida a un lado de el significa que esa persona desea saber todo de su vida), empezó a piropearme y decirme que tenia los ojos mas bonitos que jamás había visto. Yo solo decía gracias y rezaba para que mi bebida no tardara un segundo más. Este señor me estaba freakeando. De pronto, mi bebida.
-¡GRACIAS DIOS!
Para mi suerte (no se si buena o mala) la bebida que pedí estaba enorme, eran aproximadamente dos litros. Ocupaba mis dos manos para poder alcoholizarme. Miraba a mí alrededor, empezaba a analizar la flora y fauna de este biotopo. Las dos especies predominantes eran: Los hombres con complejo de estrella e ídolo del reggeaton y anfibios asexuados con traseros y peinados exóticos, de dimensiones exuberantes y que además desafiaban la ley de gravedad. Nosotros éramos la única representación de lo que es la especie endémica menos común de la vida nocturna, la gente normal. Tuve que, si, TUVE QUE terminar mi bebida por que de ahí también teníamos que huir.
Salvación (Era Azul)
Se hizo un nuevo plan. Escaparíamos hacia un antro aun más concurrido, más controversial y más sonado. Uno que ya me tenía harto, pues ya conocía de memoria todas las caras, la música, la vibra. La idea no me encantaba, pues seguía en mi plan de pasar desapercibido por al menos una temporada*. Encendí el coche, me iría a casa. Sonó el teléfono y oí una amenaza. No, no era la voz de un jurado enemigo ni nada por el estilo. Era la de mis amigos, que ya habían llegado, diciéndome que no tenía opción, que me esperaban y que si no aparecía que ni esperara que me volvieran a hablar. Me terminaron convenciendo.
Cruzamos la puerta. Fieles al nuestro mandamiento de que lo primero que se debe hacer al llegar a ese lugar es correr al espejo del baño para asegurarnos que tenemos todo en su lugar (¿exactamente que?), nos sumergimos en la oscuridad.
Primer cara conocida, me detengo (mejor dicho me detienen) para saludar. Mientras estoy cruzando palabras con esta alma, desvío la mirada y veo la cara que nunca había conocido en ese lugar. Que había conocido en muchas otras partes, menos ahí. Se acerca a saludar a la cara conocida con la que yo convivía, voltea y me ve. Me reconoció (aparentemente mi fama me precede), sabia todo de mi. Me asuste un segundo pero me controle y no escape. Empezamos a charlar, mi necesidad de un bar tender se esfumo. Cuando estábamos en la pista de baile, pensé: “Quiero memorizar este momento”. Me concentre, era azul. Esa noche no recuerdo nada de lo que paso a mí alrededor después de eso.
La noche poco a poco llegaba a su fin. Después de años, al fin intercambiábamos teléfonos.
-Buenas noches.
Cuando nos despedimos termino mi noche, no había una sola razón más para permanecer ahí.
Pensaba en la posibilidad de que talvez nunca nos volveríamos a ver. Iba camino a casa, cuando sonó el teléfono, nos veríamos al día siguiente (bueno, en un par de horas).
*Me di cuenta de que ya estaba aburrido y cansado de la vida nocturna, decidí hacer un hiato; para recuperar fuerzas, para extrañar, para que me extrañaran y para enfocarme en cosas que no estaban recibiendo la atención que requerían.
Epilogo
Cuando desperté, le hable a mis amigos y les dije: “Que bueno que me hicieron ir”.
Yo no iba a salir, básicamente fui obligado a hacerlo. Una noche que para mi nada prometía, mas que ser común y corriente, término dándome más de lo que esperaba. Mil preguntas suenan en mi cabeza, preguntas como: ¿Qué habría pasado si yo no hubiera…?
¿Qué te paso cuando tú no ibas a salir? ¿Fue mucho mejor o peor de lo que esperabas? ¿Creemos en el destino? ¿Piensas en el “si yo hubiera…”?
4 comentarios:
Jeje, nuevo blog y lo anuncias al mundo. Eso debere hacer yo, aunqe mejor no, y ves a veces la vomitada mental (en palabras de Paola) que sale a veces de mi mente que se rehusa a dejar a la gente ir.
Te amo... sigue escribiendo.
la ultima vez que dije que no iba a salir? me decidi a hablarle a alguien!...
hoy fue muy chido...
destino? quien sabe
si yo hubiera? mi mundo seria totalmente distinto, quien sabe...
quequitos anyone?
jejejeje.. ahora yo estoy plantada en un NO voy a salir.. mi vida.. la vida nocturna se siente extraña sin tu presencia.. me han dejado un hueco ke no lo llena ni un snicker te amo
YA ESCRIBE ALGO NUEVO!!!
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